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Cuando pasado el tiempo me acostumbré a hablar de los roles A, B o C, me di cuenta que llevaba mucho tiempo en Calama. Hay que pasar demasiado tiempo en un lugar para que te puedas acostumbrar a una de las maneras más rascas y burdas de hacer diferencias entre los pijes raja parada y unos viejos mugrosos que hacen la pega. Con los años eliminaron el Rol C, pero todavía sigue siendo una vergüenza que en una empresa que además es pública tengamos estas discriminaciones que más parecen propias del tiempo de la colonia. Pero hasta un viejo, medio anarquista como yo, se acostumbra a hablar el idioma de los patrones.
Media pajera la introducción, porque lo que quiero decir es justamente, que con los años esta diferencia que se trata de establecer entre los blanquitos y los cabeza negra empieza a hacerse real, pero de la peor manera… con el tiempo esta “raza” de los roles B se hace sentir con su carga de chabacanería y mal gusto.
¿Y porque escribo justo ahora de esta situación?... Porque me tienen las huevas hinchadas con su atorrante gastadera de plata con el bono en la mano. A veces me cuesta definir cual de todas las “costumbres” de esta manga de pelotudos es la que me molesta más: puede que sea que se anden comprando autos por adelantado cuando todavía ni negocian, o que se gasten la plata en esos juegos modernos que valen varios sueldos mínimos, o puede que sea ese aire de autosuficiencia con que uno los ve en estos días cuando en el fondo están todos cagados el resto de año, con turnos de mierda, haciéndose cagar los pulmones y la espalda… ¡¡Pero con bonos los culpaos!!!
Ahora lo que realmente es el ejemplo máximo de chanterío es cuando algún cavernícola llega a un local y para pagar se saca los billetes arrugados del bolsillo: algunos ganan hasta un palo y medio ¿y los torrentes no son capaces de tener una billetera como la gente?
Yo no soy de los que se escandaliza por el monto del bono, en mis tiempos gané buena plata, así que siempre me parecerá mejor que los trabajadores reciban su billetito. El problema es la forma y qué se hace con ese billetito.
Porque esta ciudad que es un asco, donde toda la ciudad parece una población callampa por el mal gusto, donde nadie invierte un peso en algo que no sea cerrar lo más posible la casa, para que ojalá ni el sol entre, aquí en Calama donde muchas veces da pena vivir, aquí, esos pelotudos rol B se llenan de lucas, los compran con plata y son capaces de vender hasta los pulmones con tal de recibir más plata. ¿¿Para qué?? Para comprarse un 4x4 que jamás van a usar. ¿O alguno ha visto una Montero “jipeando”? Para comprarse un nuevo alerón cromado… para puras huevadas.
Mientras tanto, la ciudad sigue como la callampa, la salud de los viejos guatones se sigue yendo al hoyo… al final para lo único que servirá todo es para dejar bien forrada a la vieja cuando los huevones se vayan cortina apenas jubilen.
Métanse el bono en la raja.
Alguien dijo por ahí que es la raza la mala, y se equivoca, no tiene nada que ver la raza. Pero sencillamente a guatones pate’ vaca como los que uno se topa en el mall debieran encerrarlos en una isla desierta para que pasen hambre, bajen la guata y vuelvan.
Media pajera la introducción, porque lo que quiero decir es justamente, que con los años esta diferencia que se trata de establecer entre los blanquitos y los cabeza negra empieza a hacerse real, pero de la peor manera… con el tiempo esta “raza” de los roles B se hace sentir con su carga de chabacanería y mal gusto.
¿Y porque escribo justo ahora de esta situación?... Porque me tienen las huevas hinchadas con su atorrante gastadera de plata con el bono en la mano. A veces me cuesta definir cual de todas las “costumbres” de esta manga de pelotudos es la que me molesta más: puede que sea que se anden comprando autos por adelantado cuando todavía ni negocian, o que se gasten la plata en esos juegos modernos que valen varios sueldos mínimos, o puede que sea ese aire de autosuficiencia con que uno los ve en estos días cuando en el fondo están todos cagados el resto de año, con turnos de mierda, haciéndose cagar los pulmones y la espalda… ¡¡Pero con bonos los culpaos!!!
Ahora lo que realmente es el ejemplo máximo de chanterío es cuando algún cavernícola llega a un local y para pagar se saca los billetes arrugados del bolsillo: algunos ganan hasta un palo y medio ¿y los torrentes no son capaces de tener una billetera como la gente?
Yo no soy de los que se escandaliza por el monto del bono, en mis tiempos gané buena plata, así que siempre me parecerá mejor que los trabajadores reciban su billetito. El problema es la forma y qué se hace con ese billetito.
Porque esta ciudad que es un asco, donde toda la ciudad parece una población callampa por el mal gusto, donde nadie invierte un peso en algo que no sea cerrar lo más posible la casa, para que ojalá ni el sol entre, aquí en Calama donde muchas veces da pena vivir, aquí, esos pelotudos rol B se llenan de lucas, los compran con plata y son capaces de vender hasta los pulmones con tal de recibir más plata. ¿¿Para qué?? Para comprarse un 4x4 que jamás van a usar. ¿O alguno ha visto una Montero “jipeando”? Para comprarse un nuevo alerón cromado… para puras huevadas.
Mientras tanto, la ciudad sigue como la callampa, la salud de los viejos guatones se sigue yendo al hoyo… al final para lo único que servirá todo es para dejar bien forrada a la vieja cuando los huevones se vayan cortina apenas jubilen.
Métanse el bono en la raja.
Alguien dijo por ahí que es la raza la mala, y se equivoca, no tiene nada que ver la raza. Pero sencillamente a guatones pate’ vaca como los que uno se topa en el mall debieran encerrarlos en una isla desierta para que pasen hambre, bajen la guata y vuelvan.
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