jueves, 15 de febrero de 2007

PATRIA

Por: Antonieta Vera

Pasar estas fechas lejos, muy lejos de l@s que una quiere, apretuja cualquier corazoncito. Y es que estar muy lejos te vuelve fácilmente hacia las imágenes de tu Familia y de tu Patria. Palabras ambas que con sus mayúsculas perecieran querer resaltar su impostura tradicional, conservadora. Sólo faltaría la otra gran mayúscula de un Dios, para hacer de ese trío la insignia del pechoñismo de derecha. De dios no tengo nada que decir por hoy, y sí en cambio de familia y de patria. Porque aquell@s que llevamos felices el corazón a la izquierda, parecemos tener a veces sentimientos encontrados con ciertas palabras como éstas, como si no nos pertenecieran, como si no tuviésemos ninguna propuesta de moral, de patria, de familia; y así, le hacemos fácil el camino a conservadurismos que se presentan a sí mismos como LA autoridad en relación a cualquiera de estas ideas.
He querido erotizar para mí misma estas palabras, construir con ellas una relación como la que se construye con una planta o con un animalito nuevo. Relaciones con seres vivos y no muertos en las manos de curas, militares o patriarcas. Vocación de Principito y Zorro, deseo de cuidar algo valioso, algo que implica tiempo, creatividad. Quisiera que esas palabras me pertenecieran, porque yo sí tengo una moral, una ética, varias familias consanguíneas y no consanguíneas… y también tengo una patria.
Quizá estar lejos de la patria es una buena forma de erotizar y llenar de contenido esa idea.
Desde que llegué a vivir a esta ciudad violenta que es París, a esta ciudad llena de diferencias de color, costumbres e idiomas, todas codificadas de superior a inferior, he pensado muchísimo en Malva, en Patricio, en Alfonso, en Marcelo, en Olga, en Carlos, en Margarita, en Patricia. Mis profesor@s, mis amig@s y mis familias exiliadas, exiliados. Yo no había experimentado nunca este dolor de la falta de lo cotidiano de tu tierra. Mi dolor sin embargo es un dolorcito, apenas una molestia breve al lado del zarpazo profundo de no poder, simplemente no poder volver a tu país. Chile ha contado las historias de sus muert@s en el Informe Rettig, las historias de sus torturad@s en el Informe Valech, pero aún no se han contado las múltiples historias de sus exiliad@s, de los desterrad@s, l@s que volvieron y de l@s que ya no.
¿Entonces qué es la patria? Cualquier respuesta unívoca sería violenta. Es algo que l@s conservadores no entienden. Creo que en general un/a conservado@r nunca se considera a sí mism@ como tal, es como penca. Pero las respuestas unívocas y los artículos definidos (LA, EL) que acompañan cualquier sustantivo de éstos, son buenos detectores.
Personalmente, creo que la idea de memoria solidariza bien con la idea de patria. Estar lejos de tu patria te devuelve radicalmente a tus recuerdos y a tu historia. Lo hemos conversado con más chilen@s acá, es extraña lo poderosa que es la experiencia de recordar. Se recuerda íntimamente y se recuerda también en grupo. Y Chilito aparece siempre en esos recuerdos, como no aparecía cuando recordabas estando allá.
De ahí en adelante la ruta del chauvinismo nacionalista se dibuja clarita: Chile es lo más lindo, lo más grande, lo mejor. Es fácil además porque cuando eres inmigrante, vives en un cierto margen, en un tipo de exclusión. En relación a eso, algun@s hablan de una ciudadanía global, es decir de que tus derechos como ciudadano o ciudadana no estén atados a tu suelo. Yo soy una inmigrante en París porque mi suelo es otro, y por lo tanto no puedo votar, no tengo derecho a las mismas cosas, y vivo la experiencia (nunca dramática en mi caso en tanto blanca, ilustrada y propietaria de ciertos capitales intangibles de mi pertenencia de clase en Chile)[1] del valor disminuido de ser extranjer@.
El nacionalismo no es el sinónimo del amor a la patria. Porque pienso que es cuando amas mucho a tu patria que puedes empatizar con las demandas de Bolivia por mar, por ejemplo. Si amar a tu patria no tiene nada que ver con la empatía por otr@s que también aman su patria, entonces no entiendo de qué está hecho ese amor, esa relación de cuidado.
La idea de Patria está tan asociada a sangre, a exterminio de pueblos originarios, al poder de fuego mediante el cual se conquistaron tierras, al poder de los halagos mediante el cual se nos concedió a las mujeres el título de “madres de la Patria”, las reproductoras de nuevos ciudadanos para los Estados-Nación.
[1] Me da risa decir estas cosas porque suenan tan emperifolladas, pero si me pongo un poco más seria, de verdad creo que una de las primeras lucideces que tiene que tener cualquiera que desee la desaparición de todas estas jerarquías, es estar consciente de sus propios privilegios en esos órdenes. A propósito de recuerdos y a modo de ejemplo, me acuerdo de varios de mis compañer@s de la Católica que decían ser de clase media cuando evidentemente no lo eran, quizá por ese “no quedar mal con nadie” que te otorga el decirte de clase media. Me río ahora, pero en ese tiempo yo trabajaba en un Centro Comunitario en Cerro Navia y me parecía una burla o al menos una ignorancia enorme de las reales condiciones de vida del país, el decirte de clase media tan fácilmente.Quizá habría que hacer un masivo y gratuito tiraje del Principito para que en este nuevo siglo los “otros” que amamos la patria pudiéramos hacer algo mejor con esa idea, construir esa empatía, esa relación de cuidado de los derechos de todos los pueblos.
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Me da risa decir estas cosas porque suenan tan emperifolladas, pero si me pongo un poco más seria, de verdad creo que una de las primeras lucideces que tiene que tener cualquiera que desee la desaparición de todas estas jerarquías, es estar consciente de sus propios privilegios en esos órdenes. A propósito de recuerdos y a modo de ejemplo, me acuerdo de varios de mis compañer@s de la Católica que decían ser de clase media cuando evidentemente no lo eran, quizá por ese “no quedar mal con nadie” que te otorga el decirte de clase media. Me río ahora, pero en ese tiempo yo trabajaba en un Centro Comunitario en Cerro Navia y me parecía una burla o al menos una ignorancia enorme de las reales condiciones de vida del país, el decirte de clase media tan fácilmente.
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